jueves, 3 de mayo de 2012

El presidente Juan Bautista Pérez


Al finalizar su período presidencial 1922-1929, el general Juan Vicente Gómez había resuelto retirarse a Maracay desde donde mantendría el control del poder como comandante en jefe del Ejército. Sin embargo, al ser reelegido el 19 de abril de 1929 para el período 1929-1936, una delegación del Congreso se dirigió entonces hasta su hacienda, El Trompillo, a pedirle a Gómez que aceptara la presidencia por otro septenio. Ante la insistencia de los legisladores, Gómez resolvió pensarlo mejor. Consultó a su gente de confianza y le asomaron al Presidente de la Corte, Juan Bautista Pérez.

Ajá, sí, claro, el señor Pérez. Ese me prestó, cuando me iban a matar los muérganos de Cipriano Castro, las llaves de varias casas que él tenía frente a mi hacienda de caña, para que yo durmiera en cualquiera de ellas. Llámenme acá al amigo, que es el hombre para que gobierne como Presidente, sin aspiraciones, conservando yo la jefatura del Ejército”. Entonces propuso la candidatura de Juan Bautista Pérez, encargado de la presidencia desde el 19 de abril en su carácter de presidente de la Corte Federal. Finalmente, el 30 de mayo de 1929, Pérez pasaba a ocupar la presidencia de la República.

Al asumir la Presidencia, hizo algunos cambios de gobernadores, entre ellos, el del estado Bolívar. El 5 de enero de 1931, los bolivarenses supieron del nuevo presidente del estado Bolívar, doctor José de Jesús Gabaldón, decisión tomada por el entonces presidente de Venezuela doctor Juan Bautista Pérez (en la foto) en el último y esporádico año de su gobierno mientras el dictador se ocupaba de otros asuntos como Comandante de las Fuerzas Militares allá en su hacienda El Trompillo de Maracay.

Durante los reiterados períodos del gomecismo, el doctor José de Jesús Gabaldón había sido presidente de los estados Anzoátegui, Monagas y Zulia. Ahora le tocaba el estado Bolívar en sustitución del general Silverio González, pero apenas pudo gobernar el tiempo que le faltaba en la Presidencia a Juan Bautista Pérez, ocho meses.

Cuando se separó indefinidamente del Gobierno de Bolívar, dejó encargado por el resto de su gestión al secretario general de Gobierno, al upatense doctor don Toribio Muñoz.

La reforma de la Constitución Nacional de marzo de 1929 había quitado a la Asamblea Legislativa regional, para transferirla al Presidente de la República, la facultad de elegir o nombrar a los presientes de Estado. Asimismo, eliminó los vicepresidentes. De allí que el doctor Gabaldón, rompiéndose con una tradición muy legítima, fuese designado ejecutivamente para gobernar al estado Bolívar.

Esta reforma constitucional, complaciente con el autoritarismo característico del general Gómez, hizo inestable a los presidentes de Estado, pues el tiempo y calidad de su mandato dejaba a un lado la soberanía regional que entonces residía en las Asambleas Legislativas, para someterse a las decisiones personales del Presidente de la República.

Gómez, desde 1908, no había dejado de ejercer el poder directamente a través de segundas personas, para lo cual demandaba reformas constitucionales que le permitían ser comandante general de las Fuerzas Armadas Nacionales, así el Presidente fuese otro como el doctor Juan Bautista Pérez, quien ejerció entre 1929 y 1931, tiempo durante el cual se presentó en el país una crisis económica caracterizada por la falta de abastecimiento, desempleo y hambre.

Los poderes de Gómez al retomar en julio de 1931 eran omnímodos pues no sólo concentraba en su persona el poder político y militar sino que también imponía su voluntad en las decisiones del Poder Judicial, aparte de nombrar presidentes de Estado, facultad constitucional que antes habían tenido las Asambleas Legislativas de la provincia.(AF)

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