El 2 de enero de 1932, los bolivarenses elevaron ante el Gobierno su queja por la forma como se venía contaminando el Orinoco, río de donde se surte la ciudad. Al efecto, Sanidad comisionó al Inspector de Obras Públicas del Estado, Conde Cattaneo, para que junto con Víctor Brito Alonso tomara una muestra del agua que consume la ciudad a fin de llevarla a los laboratorios y apreciar el posible grado de contaminación a causa de las cloacas que desembocan en las cercanías de la bombas que sustraen el agua del río para bombearlas a la caja de agua.
La Bomba que sustraía el agua del Orinoco estaba entonces ubicada en la punta pedregosa de la Cocuyera, prácticamente al lado del Mercado Municipal que igualmente estaba provisto de unas letrinas que descargaban en el río y no había planta de tratamiento sino que los bolivarenses, especialmente los habitantes del centro, consumían el agua cruda, apenas filtrada con una piedra porosa montada en un mueble de madera.
Antonio Gaston Francisco Giuseppe Luigi Wenceslao Cattanio Quirin, o simplemente, el Conde Cattaneo, como era mejor conocido, se hallaba en Guayana desde comienzos del siglo veinte internado en la selva, pero el Gobernador Toribio Muñoz lo incorporó a la ciudad donde podía poner a prueba sus conocimientos de ingeniería.
En Guayana guerreó y cumplió misiones oficiales en la frontera, sin que llegara a perder su condición de Conde de Sedrano, nacido en Pavia, militar de carrera, jefe de caballería en Italia y capitán de cosacos en Siberia.
Asimismo se ocupaba en Guayana de empresas agrícolas y balateras cuando de pronto se vio envuelto en el movimiento nacionalista del Mocho Hernández junto con los generales Pedro José Fernández Amparan, Ángel Custodio Lanza y Rafael Tovar García. Fracasado este movimiento, se incorporó a las fuerzas activas del gobierno y ocupó importantes cargos civiles y militares en Guayana, dirigió la construcción de El Tapón y El Dique de Santa Lucía para defensa de las crecidas del río, tiempos de Marcelino Torres (1915). Junto con Fernández Peña desalojó a ingleses de la Gran Sabana y como funcionario de Obras Públicas en 1932 inspeccionó los trabajos de desecación de la Laguna El Porvenir, el Puente sobre el Río Marhuanta y malecones contra las crecidas del Orinoco.
El Conde Cattaneo conoció a Rómulo Gallegos durante su visita a Ciudad Bolívar y le aportó material de la selva que el Maestro incorporó en su novela Canaima.
Sus últimos años el Conde Cattaneo los pasó en Caracas, donde falleció el 29 de junio de 1970, a la edad de 90 años. Horacio Cabrera Sifontes, escribió su biografía en la que refiere que un misterioso hecho de sangre ocurrido en el Palacio Real de Quirinal lo sustrajo de la Corte de los Saboya y lo lanzó a la aventura por los caminos de América. Visitó Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, Estados Unidos y de regreso por México y Centroamérica se encontró en el puerto de Corinto con las fuerzas del General Santos Zelaya que retornaba a la Presidencia de la República de Nicaragua. Se agregó a ellas y llegó a ser General de Brigada de aquel país.
En 1907 llegó a Venezuela por Puerto Cabello y Cipriano Castro lo convenció para que prestara servicios a la Armada. Su aventura en Venezuela comenzó desde entonces como jefe de Artillería en la Goleta de Guerra “Libertadora”. En diciembre de 1908 cuando Castro se hallaba en París y su compadre Juan Vicente lo destronó, el Conde Cattaneo se refugió en Trinidad y de allí penetra al Brasil y después a Guayana.(AF).
Hola sr Américo, tiene información sobre el desentierro de un tesoro en un sitio llamado la estancia, que después paso a ser Las Banderas, mi abuela me hablaba que allí sacaron un entierro de morocotas (una tinaja) que pertenecía a su papa un general quien había luchado en la batalla de Punta Chacon
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