Los navegantes les ponían a sus barcos nombres de sus novelas como Ibis, en una balandra que se hallaba atracada en el puerto procedente de Curiapo con 26 planchas de balatá. Incluso los masones utilizaron el prólogo del Minotauro de Vargas Vila para responder el artículo Por Dios y por la Patria del médico y escritor Luis Felipe Vargas Pizarro.
Pero así como propietarios ponían nombres exóticos y noveleros a sus embarcaciones, los había quienes preferían nombres más apegados a nuestra geografía como Masparro, uno de los ríos de Barinas que ostentaba un vapor de la Venezolana de Navegación, por cierto, varado en las bocas del río Caris, procedente de San Fernando. Entonces se puso a rodar la leyenda, pues al parecer el vapor Delta se había perdido en el mismo sitio al igual que el vapor Bolívar.
Habitantes de Ciudad Bolívar como de Soledad creen que en las bocas del Caris mora una sirena conocida con el nombre de La Carona que molesta a los pescadores que capturan peces con dinamita o barbasco. También se decía que La Carona suele enamorarse y a los agraciados los obsequia con buena pesca. Se dio el caso testimonial de un pescador de apellido Tortoledo que murió del susto cuando la supuesta sirena del Orinoco le batió la curiara y lo lanzó contra la garganta del Caris y todo por esta imprecación: “Hoy es el día en que pesco a esa Carona”.
El Caris, es un río que desemboca en el Orinoco, al oriente de Soledad, que en ese mes de agosto, específicamente el 15, el obispo de la Diócesis de Guayana, monseñor Antonio María Durán entronizó y bendijo la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, patrona del pueblo.
El altar mayor había sido construido y bendecido años antes por el vicario Adrián María Gómez. Padrino de este acto, religiosamente solemne, fue el presidente del Estado Bolívar, doctor Luis Godoy. Desde entonces es el culto a esta virgen en el vecino pueblo del municipio Independencia.
Agosto también es el mes dedicado a Nuestra Señora de las Nieves, patrona de Ciudad Bolívar y es mes de la Zapoara, pez autóctono de esta parte del Orinoco, que por no morder anzuelo es capturado con atarraya. Ernesto Sifontes, observador hidrográfico del río padre, comenta en uno de sus escritos que la primera Zapoara atarrayada en agosto era tradicionalmente objeto de un gran sancocho colectivo en la parroquia Santa Ana. Para entonces, el bachiller se ocupaba de determinar desniveles y clima de la ciudad. Por ejemplo, determinó que existe una diferencia de nivel de 40 metros entre la Plaza Miranda y el extremo norte de la calle Constitución y la temperatura media de la ciudad la situaba en 30 grados centígrados con variación de un mínimo de 22º en diciembre hasta 35 ó 36 en agosto y septiembre.
Buen clima el de Ciudad Bolívar para probar ese avión de Frank Boland que había volado por Caracas, Valencia, Puerto Cabello y Barquisimeto ¿Por qué no en Ciudad Bolívar?, reclamaba el bachiller. ¿“Cuándo volamos?”, Han volado, no los habitantes de aquellas poblaciones, sino dos audaces yanquis. Eso de volar no se da todos los días (AF)
El río Caris desemboca en el Orinoco al occidente de Soledad. El río que desemboca al oriente de Soledad es el río La Peña.
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