En agosto de 1910, la Universidad de Bogotá confirió al etnólogo e historiador, Bartolomé Tavera Acosta, el grado de doctor en filosofía y letras. Pocos lo sabían, pues el personaje era tan sencillo que no tenía por qué hacer ostentación de ese título que para la época era de mucha valía, consideración y admiración.
Entonces, Ciudad Bolívar y Guayana en general, tuvieron comunicación fluida con Bogotá a través del Orinoco y el Meta, la tenía desde los mismos tiempos de la Colonia y de la República. Recordemos que primero que a Venezuela, el Liberador liberó a Nueva Granada atravesando Los Andes.
Bartolomé Tavera Acosta, cuando recibió ese título, residía en Ciudad Bolívar y dedicaba su extraordinaria capacidad de investigador a la Provincia de Guayana. Aquí llegó a ocupar honrosos cargos, entre ellos, secretario general de Gobierno, concejal, legislador, inspector de Aduana y gobernador del Territorio Federal Amazonas. Él era de Carúpano de donde también era el poeta Andrés Mata, quien vivió en Ciudad Bolívar, y desde donde escribió su primer libro de poesía, mucho antes de fundar el hoy más que centenario diario El Universal.
Vida intensa tuvo este polígrafo en Ciudad Bolívar. Vivía en la calle Libertad, frente al edificio de Eugenio Berletta, sede más tarde del Liceo Sucre y después corresponsalía de El Nacional. Allí frente a ese edificio donde dio sus primeros pasos la telefonía bolivarense, escribió la mayoría de sus treinta obras, entre ellas Anales de Guayana que es la crónica más densa escrita de la región desde la Colonia hasta la Guerra de los Azules. Tiene algunos errores, como señaló Manuel Alfredo Rodríguez, pero de poca monta y que en nada opacan la labor de este hombre que se desveló noche y día para perpetuar nuestra memoria.
El historiador Ramón Armando Rodríguez, en su Diccionario Biográfico e Histórico de Venezuela señala que posiblemente después de Arístides Rojas, ha sido Tavera Acosta, el venezolano que ha tratado mayor número de asuntos sobre nuestro país.
Pascual Venegas Filardo afirma por otra parte, que la obra de Tavera Acosta es vasta y compleja, comprende temas de historia venezolana, etnología, lingüística, espeleología y geografía. Esta última, sin ser la más extensa, es, no obstante, una de las más interesantes por lo que aporta al conocimiento geográfico del sur de Venezuela.
Siendo gobernador del Territorio Federal Amazonas, designado por el presidente Cipriano Castro, de cuyo nacionalismo era admirador, escribió Río Negro libro donde se condensa la historia de aquella región que en un tiempo fue turbulenta por la ambición que despertó en mucha gente la explotación del caucho y las resinas. Bastaría con recordar a Tomás Funes y las peripecias que vivió hasta parar en la cárcel de Ciudad Bolívar, el escritor Rufino Blanco Fombona, quien también fue gobernador del selvático territorio cuya capital entonces era San Fernando de Atabapo.
En el estado Bolívar sólo un liceo, el de Upata, recuerda su nombre, pero al escritor lo recuerdan más los bolivarenses por su libro Anales de Guayana, que como bien expresó en el prólogo de una reedición el historiador Manuel Alfredo Rodríguez “...es el fruto de una larga investigación centrada en los archivos de Ciudad Bolívar y los errores que seguramente tiene son de escasa monta al lado de sus grandes méritos. De ahí que los Anales sea un libro caro al corazón de los guayaneses”. Sus últimos días transcurrieron en el estado Aragua del que fue su senador, secretario general y gobernador. Falleció en Maracay el 8 de febrero de 1931, a la edad de 44 años, este historiador de origen carupanero
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