Era un sábado por la tarde cuando los libros “Argumentación sobre investigación - desempeño docente” y “Herramientas y algo más para crecer” de Heddy Sevilla fueron bautizados con agua bendita en un ambiente fresco y airoso del Museo Histórico de Guayana que entoces dirigía el doctor Oswaldo D´ Sola.
Generalmente los libros son presentados y bautizados con champaña, flores y hasta con aguas del Orinoco, pero acaso por primera vez se modificó el ritual tradicional con un sacerdote invitado, en este caso, el padre Ángel Tomedes (+), párroco de la Catedral, quien bautizó las obras con el agua utilizada por la Iglesia para librar a los recién nacidos del pecado original.
Con el hisopo y una oración que el breviario eclesiástico reservado para estas ocasiones, el sacerdote bautizó la obra literaria concebida con el amor y la pasión de quien se desvela por servir a una sociedad que busca fortalecer sus conocimientos.
Este sencillo y asistido acto del sacerdote provisto de estola larga y de un azul luminoso, fue culminado con la palabra fácil, referencial y enaltecedora del ex magistrado judicial Omar Duque, quien se refirió al contenido didáctico de los libros y al esfuerzo que venía haciendo su colega la doctora Sevilla para compartir de ese modo sus experiencias y conocimientos adquiridos a través de la lectura y el estudio, con quienes ejercen profesiones afines o simplemente estudian o se sienten atraídos por esos temas.
El libro “Argumentaciones sobre investigación y desempeño docente” se presentaba como una obra dirigida especialmente a investigadores y formadores, en cualquier nivel de desempeño, toda vez que como líder, el docente en su actividad debe siempre aspirar y procurar un equilibrio entre la suavidad y el rigor: enseñanza, educación y valores. En este libro el docente encuentra principios adaptados a nuevos retos y compartir el argumento de la autora cuando afirma que la gestión formadora, es un acto de amor.
En cuanto al libro “Herramientas y algo más para crecer”, la autora abriga la intención del reencuentro con nuestros valores primarios esenciales, como el valor de la familia, la honestidad, la solidaridad, de donde devienen nuestros valores nucleares.
Heddy Sevilla era abogado, magíster scientiarum en Ciencias de la Educación y especialista en Educación Superior. Fue juez del Poder Judicial y fiscal del Ministerio Público, docente en universidades privadas. Aficionada al arte constructivista de manera tal que ha representado a Venezuela como artista plástico en eventos importantes. Escribió obras para pre y postgrados, además de novelas, cuentos, poesías y ensayos.
A manera de prólogo en uno de estos libros, monseñor Samuel Pinto Gómez, vicario general de la Arquidiócesis, recién recuperado de los males que al final lo llevaron a la tumba, habla de la gentileza y amistad franca y abierta de esta mujer, subrayando que nunca le oculta nada a nadie. “En sus aulas, en sus escritos y en sus conferencias siempre apareció tal como es, generosa, amplia y de una arraigada vocación de servir y dar a los demás un poco de sus conocimientos, que de algún modo, han sido herramientas para sus triunfos. Admiré en ella los esfuerzos de su quehacer diario, admiré la constancia, la dedicación y el amor a su profesión y a su trabajo, reflejado en todo momento hacia la comunidad”. (AF)
Generalmente los libros son presentados y bautizados con champaña, flores y hasta con aguas del Orinoco, pero acaso por primera vez se modificó el ritual tradicional con un sacerdote invitado, en este caso, el padre Ángel Tomedes (+), párroco de la Catedral, quien bautizó las obras con el agua utilizada por la Iglesia para librar a los recién nacidos del pecado original.
Con el hisopo y una oración que el breviario eclesiástico reservado para estas ocasiones, el sacerdote bautizó la obra literaria concebida con el amor y la pasión de quien se desvela por servir a una sociedad que busca fortalecer sus conocimientos.
Este sencillo y asistido acto del sacerdote provisto de estola larga y de un azul luminoso, fue culminado con la palabra fácil, referencial y enaltecedora del ex magistrado judicial Omar Duque, quien se refirió al contenido didáctico de los libros y al esfuerzo que venía haciendo su colega la doctora Sevilla para compartir de ese modo sus experiencias y conocimientos adquiridos a través de la lectura y el estudio, con quienes ejercen profesiones afines o simplemente estudian o se sienten atraídos por esos temas.
El libro “Argumentaciones sobre investigación y desempeño docente” se presentaba como una obra dirigida especialmente a investigadores y formadores, en cualquier nivel de desempeño, toda vez que como líder, el docente en su actividad debe siempre aspirar y procurar un equilibrio entre la suavidad y el rigor: enseñanza, educación y valores. En este libro el docente encuentra principios adaptados a nuevos retos y compartir el argumento de la autora cuando afirma que la gestión formadora, es un acto de amor.
En cuanto al libro “Herramientas y algo más para crecer”, la autora abriga la intención del reencuentro con nuestros valores primarios esenciales, como el valor de la familia, la honestidad, la solidaridad, de donde devienen nuestros valores nucleares.
Heddy Sevilla era abogado, magíster scientiarum en Ciencias de la Educación y especialista en Educación Superior. Fue juez del Poder Judicial y fiscal del Ministerio Público, docente en universidades privadas. Aficionada al arte constructivista de manera tal que ha representado a Venezuela como artista plástico en eventos importantes. Escribió obras para pre y postgrados, además de novelas, cuentos, poesías y ensayos.
A manera de prólogo en uno de estos libros, monseñor Samuel Pinto Gómez, vicario general de la Arquidiócesis, recién recuperado de los males que al final lo llevaron a la tumba, habla de la gentileza y amistad franca y abierta de esta mujer, subrayando que nunca le oculta nada a nadie. “En sus aulas, en sus escritos y en sus conferencias siempre apareció tal como es, generosa, amplia y de una arraigada vocación de servir y dar a los demás un poco de sus conocimientos, que de algún modo, han sido herramientas para sus triunfos. Admiré en ella los esfuerzos de su quehacer diario, admiré la constancia, la dedicación y el amor a su profesión y a su trabajo, reflejado en todo momento hacia la comunidad”. (AF)
Gracias Américo por comunicarnos estas cosas que nos aseguran que no todo está perdido en Venezuela. Cuando regrese, lo primero que haré será buscar estos libros para leerlos. Recibe un afectuoso abrazo. Galo
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