Las autoridades sanitarias de Guayana declararon alerta el 15 de julio de 1907 sobre un foco de fiebre amarilla denunciado en la vecina Isla de Trinidad y como consecuencia el vapor “Delta” que hizo escala en el lugar antes de dirigirse al puerto de Ciudad Bolívar, es despedido sin pasajeros. De todas maneras, su tripulación debió hacer cuarentena en la isla de El Degredo. Luego vendría por vía telegráfica una información oficial diciendo se trataba de siete casos de paludismo, incluyendo dos muertos. De todas maneras en abril del año siguiente se desató una epidemia en Upata a raíz de la muerte de dos extranjeros.
El médico de Upata, doctor Eduardo Oxford (en la foto), destaca en su informe que entonces no se habló de fiebre amarilla y que “en cuenta de la gravedad y muerte de estas dos personas no vecinas del lugar, la gente no tuvo escrúpulos en acudir a la casa mortuoria para unir en pena a la del señor Ronberoll, Jefe de la Compañía Minera que iba para El Dorado (Cuyuní) de la cual formaban parte los extintos”
La fiebre que iba desde los 39 a los 40,5 grados no cesaba sino a los cinco o siete días con la muerte o la salvación. Los médicos diagnosticaban la enfermedad a las treinta horas cuando el paciente presentaba alta fiebre, pulso débil e ictericia. Pero por lo general la sintomatología se contraía a temperatura alta acompañada de fríos y escalofríos, cefalalgia interna, frontal, orbitaria y ocular, cara abotagada, vultuosa, encendida, mejillas encarnadas, lengua ancha, seca, saburrosa desde el segundo día, náuseas y vómitos frecuentes, raquialgia, dolores constrictivos de las extremidades superiores e inferiores, orina albuminosa e inquietud general.
El doctor Eduardo Oxford atendió y trató a más de doscientos (200) pacientes atacados de fiebre amarilla en Upata, desde el 9 de mayo al 15 de julio de 1908, entre ellos a miembros de su propia familia y de la familia Leoni, incluyendo a Raúl Leoni, quien sería más tarde Presidente de la República. Raúl Leoni que para entonces tenía 3 años de edad, fue curado a los cinco días. La mayoría de los atacados fueron curados, sólo 11 pacientes fallecieron víctimas de la enfermedad llamada también “vómito negro” y de la cual escasamente se sabía. Era para entonces una zoonosis trasmitida al hombre muy novedosa.
Hoy en día se sabe que la Fiebre Amarilla es una enfermedad infecciosa, no contagiosa, causada por un virus y caracterizada en los casos graves por temperatura alta e ictericia. Se cree que la enfermedad apareció en África y desde allí fue traída a América por los esclavos. La enfermedad fue descrita por primera vez en el siglo XVII, cuando se produjo un brote en Yucatán (México). Después se extendió a Estados Unidos y a otros países como Venezuela, marcadamente en Guayana donde se desataron epidemias como la de Upata. En 1881 el médico cubano Juan Carlos Finlay avanzó la hipótesis de que la fiebre amarilla se transmitía por la picadura de mosquitos. En Guayana fue identificado el Aedes Egipty. Que es un mosquito culícido que puede ser portador del virus del dengue y el de la fiebre amarilla, así como de otras enfermedades.
El científico cubano Carlos Juan Finlay descubrió a este mosquito como el agente trasmisor de la fiebre y presentó sus resultados por primera vez en la Conferencia Internacional de Sanidad, celebrada en Washington, el 18 de febrero de 1881. Sus declaraciones fueron objeto de burlas por parte de médicos estadounidenses, luego se convencieron y trataron de desarrollar el descubrimiento al desatarse una epidemia en el sur del país del note.(AF)
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