Hoy sábado 12, a las cuatro de la tarde, Heddy Sevilla expondrá su más reciente producción plástica siguiendo la técnica y estilo del movimiento constructivista iniciado en Rusia a principios del siglo pasado por el escultor y pintor Vladimir Tatlin.
Las obas, trabajadas en hierro, madera y aluminio, las presenta en diferentes formatos y algunas son proyectos para grandes murales concebidos para arquitecturas contemporáneas.
Una de los pocos artistas locales en los que ha influido al Museo de Arte Moderno Jesús Soto ha sido Heddy Sevilla, quien hace tres decenios era figurativa atrapada por el paisaje de la selva y de los ríos y luego experimentó hasta consolidarse en el constructivismo estimulada por artista internacionales como Getulio Alviani, Coppola y la crítico de arte Gloria Carnevali.
Hace más de treinta años que Heddy Sevilla se recibió de abogado después de haber trazado un ángulo existencial entre Apure, Barinas, Caracas, Apure. Años después siguió el eje Apure-Orinoco y se instaló en Ciudad Bolívar para completar esa figura un tanto irregular con cortes biselados de 45 grados que pretendemos ver en sus obras duras y maleables, pero virtual y estéticamente estilizadas de colores cálidos.
Después de un largo tiempo tratando de atrapar el paisaje y la figura humana .a punta de creyón y pincel, se le encallaron las manos inventando estructuras de tartán que luego alcanzaron el aluminio y el hierro. Venalum entonces le encargó un proyecto para su área ambiental.
Fue un salto intempestivo del arte objetivo al arte abstracto. Heddy comenzó a visitar el Museo Soto con apasionada frecuencia. Entró en contacto con Gloria Carnevali, Getulio Alviani, Raquel Valedón, Silvia Jastran, José Rosario Pérez, y descubrió que el tema y la resolución plástica coexistían en cierta forma en el arte tradicional que había cultivado desde la adolescencia, pero que podían divorciarse y vivir separadamente.
Heddy Sevilla, quien también es docente y escribe poesía, cuentos y novelas además de textos didácticos, trabaja en el taller de su casa protegida por dos fieras enjauladas en la puerta cuando hay visitas y cuyos ladridos suele acallar con la música de un' órgano Yamaha.
Nunca se divorció de su marido, pero ella en su condición de Fiscal de Familia que lo fue por mucho tiempo, tuvo que ver con el divorcio, la nulidad del matrimonio y la separación de cuerpos. Actuaba en representación del Ministerio Público como parte de buena fe. Y se me ocurre que tal vez por esa experiencia familiar y cotidiana trasladada al arte, Heddy Sevilla pudo ver que era posible divorciar el tema, de la resolución plástica. Hizo el ensayo y vio que la armonía de los colores, la organización de las formas, la distribución del espacio, la calidad de la línea y la naturaleza de los ritmos son una emoción distinta y nada tiene que ver con el tema, con la anécdota de la obra.
Descubrió algo que ya había sido planteado por Platón en la antigua Grecia de que "Hay una belleza que no es de cosas sino de líneas, rectas y curvas, de superficie y formas sólidas". Platón, mucho antes que los pioneros del arte moderno, consideraba que la belleza absoluta se encuentra en las formas geométricas y en los colores puros. Pero nunca es tarde cuando la dicha es buena y Heddy Sevilla es dichosa por haber encontrado un nuevo camino. El camino del constructivismo, del cinetismo emparentado con el Op-art y la dinámica y el tiempo como elemento artístico. Su obra, la que expone desde hoy, configura una excitante trama de planos superpuestos dentro de un juego creativo realizado con depurada sensibilidad artística.
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